Entrevista a una monja (Parte I)

A continuación os mostraremos la primera parte de una pequeña entrevista a una monja de esta comunidad para que conozcáis mas nuestra vida y nuestro día a día. La hermana es Sor Remedios y en breves días publicaremos la segunda parte. Esperemos que os guste.

1.    ¿Cuando tomó usted la decisión de ser monja?

-Creo que la tomé en el mismo momento que me sentí llamada, por lo menos en el corazón. Porque tuvieron que pasar 5 años hasta que la cabeza y los acontecimientos consiguieran que diera el paso para hacer una prueba.

 Acababa de cumplir 28 años y ahora tengo 55.

2. ¿Cuantas son y Cuál es el trabajo que hacen?

     - Actualmente somos 10.

Hacemos trabajos muy variados dentro del monasterio.

Hacia fuera es la hospedería, elaboración de formas, algún bordado de ornamentos, algo de repostería por encargo… A veces hacemos de guías turísticas en la Iglesia que es románica. Se hace acompañamiento espiritual o ejercicios espirituales personalizados, alguna charla si nos lo piden…

La restauración de cuadros, sobre todo, es para el monasterio.

3. Algunos las miran como seres extraños, pero ¿hay admiración por esta fe tan intensa que profesan?

    -  Supongo que muchos, porque yo también las miraba así antes que me tocara a mí.

No creo que haya admiración en general, por lo de bichos raros o ininteligibles o incomprensibles…

Quizá personas que hacen oración, desde ahí pueden verlo así.

 Lo que sí hay es mucho respeto hacia nosotras, en general, deferencia. Es muy de agradecer.

 Qué  alguien piense que estamos aquí por cuestión de fe, ya es mucho camino andado.

¿Qué la perciban como una fe tan intensa? No lo se.

 4.¿El silencio es permanente en el monasterio?

  -No. Se intenta que halla un ambiente silencioso, hablar lo necesario en un tono bajo, salvo cuando aparece alguna sordera, claro.

Sí en lugares como la Iglesia u otros que se utilicen para la oración y sus horas.

Diariamente hay un tiempo de recreo con todas. En las Pascuas y alguna fiesta Mayor, se habla  “en todas partes”, salvo la Iglesia, claro.

 Cuando alguien entra en clausura nota el silencio, en cambio a nosotras nos parece que se rompe demasiado… Cada uno a lo que esta acostumbrado.

5. ¿Qué pasa con sus propias familias? ¿Las visitan?
     -Nuestra familia nos puede visitar sin problema. Las que la tenemos algo lejos hay menos trabas aunque sea un tiempo del año de más recogimiento. Además , al no estar en una ciudad se necesitan poner menos normas para las visitas. Todo es más tranquilo.